Aparecen las prisas con el problema inmobiliario: la última promesa de Sánchez
Los políticos intentarán hacer en una legislatura todo lo que no se ha hecho en más de una década
A la política le entran las prisas con el problema inmobiliario. Es normal. La calle ya ha dado amenazas preocupantes (una huelga de alquileres en Cataluña) y la vivienda escala posiciones entre las primeras preocupaciones sociales. A esto se le añade la presión política de la izquierda, que se ha apuntado a todas las formas de intervencionismo para ganar espacio electoral.
Y el último en apuntarse a las promesas faraónicas ha sido el presidente del Gobierno. En el congreso del PSOE del pasado fin de semana, Sánchez anunció la creación de una empresa pública vivienda. Se trata de una manera de abordar el problema desde el aumento de la oferta para ganar oxígeno frente a las exigencias intervencionistas de algunos de sus socios de gobierno.
Varios nombres en un mismo sitio
Esta empresa no es otra cosa que más tejido administrativo para intentar compensar la falta de políticas públicas de los últimos 15 años. Desde la crisis económica del 2008, la construcción cayó en picado y España ganó mucha población, que además se concentra en unos pocos sitios. En Cataluña el problema es especialmente grave, y más aún en Barcelona, que firma los alquileres más caros de España.
¿En qué consiste la empresa de vivienda pública del Gobierno? Pues en no mucho más que centralizar en un mismo ente diferentes competencias ya existentes. De este modo, se podrán combinar las acciones de la Sepes (Entidad Estatal de Suelo) y de la SAREB. Este último, conocido como “banco malo”, es un depósito de activos inmobiliarios de baja calidad y que concentraban los bancos antes de la crisis de 2008.
A partir de aquí, se despliega un vendaval de la retórica habitual, que es calcada a la que ya hemos oído en Cataluña con el Govern del PSC. Es decir, vivienda pública, poner suelo a disposición de las promociones, reducir burocracia, colaboración con administraciones, etc. En definitiva, intentar inundar de demanda el mercado, llegando hasta el 9% de parque público. La gran duda ciudadana, claro, es por qué no se hizo todo esto antes.
Suspicacias políticas
Y que esta es una declaración más política que ejecutiva se demuestra en que el resto de fuerzas políticas lo ven como un engaño. Y, ciertamente, el PSOE lo ha anunciado más como una medida del partido que otra cosa, empezando porque el anuncio se hizo en el Congreso Federal del PSOE. Fue después que la Moncloa se puso en marcha con entrevistas a ministros en medios afines y declaraciones institucionales:
Las críticas desde el resto de partidos no han tardado en llegar. Desde el PP, por ejemplo, califican de “bomba de humo” este anuncio y dan por descontado que Sánchez hace estos golpes de efecto cuando está acorralado. Así mismo, los populares han hecho una recopilación de todas las promesas de vivienda de Sánchez, que hace no mucho también prometía miles de nuevas viviendas:
Y desde Junts también capitalizan su parcela de relato y dicen que no quieren ver al Estado invadiendo competencias autonómicas. En una comparecencia de esta semana, el secretario general del partido, Jordi Turull, decía que "Madrid nos tiene que pasar los recursos y ya haremos las actuaciones desde aquí":
En definitiva, como ya se dijo en E-Notícies, el problema inmobiliario solo ha empezado a estallar. El mercado inmobiliario es un mercado saturado de demanda que no ha respondido a ninguno de los constantes intentos intervencionistas. Y de la misma manera, es muy difícil hacer ahora, en una sola legislatura, todo lo que no se ha hecho en más de una década.
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