Salvador Illa y Núria Parlón rodeados de agentes de Mossos d'Esquadra con uniformes y gorras.
POLÍTICA

Acaba 2024, el año del cambio de paradigma de la inseguridad en Cataluña

De las 'percepciones' de Joan Ignasi Elena a los planes de choque de Núria Parlon

2024 será recordado en Cataluña como el año en el que cambió el relato oficial sobre la inseguridad. La delincuencia fue precisamente uno de los temas que más degastó al anterior gobierno de ERC. Con Joan Ignasi Elena al frente, la Consejería de Interior se negó sistemáticamente a reconocer el auge de la delincuencia, que atribuía a meras "percepciones".

Los medios públicos y subvencionados sumaron esfuerzos para silenciar el problema. Cuando no acudar de "extrema derecha" y de "alimentar" los "discursos de odio" a aquellos que alertaban de un incremento de la inseguridad.

Joan Ignasi Elena con traje y corbata sentado en una silla roja, con la mano en la frente y expresión de preocupación.

El cambio de gobierno, de ERC al PSC, trajo consigo un cambio en la perspectiva de la gestión pública de la seguridad. En pocos meses el nuevo gobierno ha reconocido el auge de la delincuencia y la multirreincidencia. Y ha puesto en marcha un plan de prevención, además de anunciar un plan de choque para frenar la multirreincidencia.

Los partidos que denunciaron esta situación, como Vox y Aliança Catalana, fueron sistemáticamente acusados de extrema derecha. Pese al relato oficial experimentaron un gran crecimiento, gracias precisamente a la denuncia de la inseguridad.

Las cifras contra el relato

Pese a que la anterior Consejería de Interior insistía en que Cataluña es un lugar seguro, las cifras le desmentían. Delitos como los robos, las peleas multitudinarias y las agresiones sexuales se han disparado respecto a los niveles anteriores a la pandemia. Algunos de forma muy preocupante, como los homicidios y los apuñalamientos.

Con el relevo en Interior, lo primero que hizo la nueva consejera Núria Parlon fue admitir la realidad. Estableció como objetivo "doblegar la curva delincuencial", y anunció un plan específico centrado en la prevención.

Una de las tareas más urgentes fue la intervención de armas blancas para acabar con la oleada de apuñalamientos que tenían lugar en Cataluña.

El plan de Interior contempla la incorporación de más agentes y efectivos, la coordinación entre cuerpos de policía y la colaboración con las autoridades locales.

Pero lo más importante ha sido el cambio de paradigma. Abandonar la visión buenista que veía a los delincuentes como personas vulnerables, y poner la seguridad de los ciudadanos como prioridad.

Multirreincidencia y okupación

Este año será recordado también como el punto de inflexión contra la multirreincidencia. A ello contribuyó sobre todo la denuncia de un grupo de alcaldes que pidieron cambios en el código penal y la deportación de multirreincidentes. Primero fueron acusados de "racistas", luego su voz fue escuchada y sus tesis aceptadas.

Una vez más, los datos de la policía no engañan y muestran que la mayoría de los delitos son cometidos por los mismos. Además, un gran número de estos multirreincidentes son extranjeros.

Esto ha ayudado a consolidar una realidad muy incómoda para algunos, y a empezar a tomar medidas para solucionar el problema.

El otro gran problema es la okupación, ya que según los datos Cataluña lidera de largo los allanamientos en todo el estado. El nuevo gobierno ha anunciado la creación de más juzgados para acelerar los juicios rápidos a los multirreincidentes, y medidas para acelerar también los desalojos en okupaciones. Un paso para empezar a castigar con más dureza a los delincuentes y proteger mejor a los ciudadanos.

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