Dos hombres en un fondo rosa con líneas negras.
OPINIÓN

Los cuatro ejes de la nueva política

Nos encontramos en un escenario político en el que las viejas categorías han dejado de ser operativas

Imagen del Blog de Octavio Cortés

Sucedió lo que tenía que suceder: las cosas cambiaron. Algunos dicen que fue después del 11 de septiembre de 2001, otros señalan el punto de inflexión en la crisis financiera del 2008 o el reset planetario de la COVID-19. Sea como fuere, nos encontramos en un nuevo escenario en el que las categorías políticas clásicas han dejado de ser operativas.

La polaridad izquierda / derecha nos bastó durante años, pero buena suerte a quien intente categorizar a Vladimir Putin como "izquierda" o "derecha" o a quien intente explicar con esos conceptos por qué Trump (un antiguo demócrata él mismo) se presenta con un equipo de antiguos demócratas como Elon Musk, RFK jr, Tulsie Gobbard o Joe Rogan.

Un hombre con traje formal y expresión seria en un evento.

Tal y como están las cosas hoy, el mapa político se establece en torno a cuatro ejes:

1) El eje Izquierda / Derecha, que separa a los partidarios de más Estado o menos Estado y que suelo coincidir con posiciones progresistas o conservadoras, dado que la izquierda escogió como herramienta de "transformación y progreso" el Estado.

2) El eje Establishment / Clase trabajadora, es decir, el marco populista de “los de abajo contra los de arriba”, que en USA intentó adaptar a la izquierda Bernie Sanders, sin ningún éxito, siendo derrotado por la izquierda pro Establishment de doña Hillary Clinton. Apunte: allí donde la nueva derecha ha triunfado (Italia, Francia, El Salvador, USA, Hungría) lo ha hecho desde el populismo, ganando el voto de la clase trabajadora.

3) El eje Patriotismo / Globalismo, quizás el más importante de todos. Si nadie lo impide vamos a una vida planetaria homogénea, con un McDonalds en cada plaza, que arrasará con las culturas y tradiciones locales, además de con la soberanía real de los pueblos.

4) El eje Realidad / Delirio, es decir, la cuestión woke. Es importante notar que, sin que se necesiten grandes análisis, hay una parte de la clase política que simplemente vive en un mundo de fantasía. Igual que está apareciendo una izquierda anti-woke (por pura necesidad de supervivencia) también hay fenómenos delirantes en la derecha, como el del exilio en Waterloo o las conspiranoicas del colectivo MAGA.

Así, por ejemplo, no hay derecha populista en España y por eso VOX nunca pasará del 15% de los votos mientras siga presentando a chavales de los Legionarios de Cristo y a señores con chalecos de caza. Tampoco hay izquierda anti-woke en Cataluña, ni anticapitalismo que no sea globalista, por mucho que digan.

La fórmula del éxito está clara: derecha (reducción del estado y conservadora en las cuestiones de orden), antiglobalista, populista y que luche con memes contra el delirio woke. Todo lo demás, de momento, será perder el tiempo.

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