
Oficial: Mercadona y Juan Roig ya lo han comunicado y los clientes están sin palabras
Mercadona refuerza su estrategia bajo la visión de Juan Roig con un movimiento que apunta a transformar el consumo
Mercadona lleva tiempo moviendo ficha con movimientos calculados que parecen simples, pero esconden mucho más de lo que parece. Juan Roig sabe que la clave está en controlar cada detalle del proceso. Lo que en apariencia es cotidiano acaba marcando la diferencia frente a la competencia.
En Mercadona nada se deja al azar y todo responde a un plan que busca dar un golpe de efecto en el mercado. Cada paso refleja la obsesión por innovar en lo más básico pero con visión estratégica. Lo que se esconde detrás sorprende por su impacto directo en cómo consumimos cada día.
Una estrategia silenciosa que cambia la forma de consumir
El compromiso contra el desperdicio alimentario se ha convertido en una prioridad constante en el sector y una referencia de gestión moderna. La clave está en un producto fresco que se adapta a la demanda diaria. Gracias a esta estrategia se logró en 2024 una reducción del desperdicio de un 17 % respecto al año anterior.

El ajuste de los pedidos en tiendas y almacenes es fundamental para que los productos lleguen en la cantidad exacta. Se utiliza un sistema propio de predicción que evita excedentes innecesarios y pérdidas posteriores. Así se consigue que cada artículo tenga más oportunidades de consumo responsable.
La política comercial sin promociones masivas busca que en los hogares no se acumulen compras impulsivas. Bajo la idea de precios estables se fomenta una forma de consumo planificada y consciente. Esta visión reduce el desperdicio generado fuera de las tiendas y cambia la mentalidad de compra.

En las secciones de frescos, los productos próximos a caducar reciben descuentos visibles que incentivan su compra inmediata. El precio puede bajar de forma notable y beneficiar a quienes buscan oportunidades de ahorro. Con ello se evita que productos en buen estado terminen en la basura sin ser aprovechados.
Un modelo circular que convierte residuos en nuevas oportunidades
La cadena trabaja a diario con más de 800 entidades sociales en España y Portugal para donar los excedentes. De esta manera, los alimentos que ya no se venderán, pero están aptos llegan a familias que los necesitan. El impacto social es enorme y a la vez reduce la cifra de desperdicio total.
Los subproductos que no tienen salida comercial se destinan a la alimentación animal o a la elaboración de piensos. Así se cierra el círculo de aprovechamiento de recursos en un proceso transparente y sostenible. Lo que antes era considerado residuo ahora forma parte de una cadena productiva.

Cuando no es posible su uso alimentario, se aplican procesos de compostaje o conversión en biocombustibles. Esta valorización energética permite transformar restos en energía y minimizar el impacto ambiental. La economía circular es una de las bases de la estrategia que mantiene coherencia en todas las áreas.
La participación en campañas como la Semana contra el desperdicio alimentario de AECOC refuerza el mensaje con hechos. Se trata de un ejercicio de concienciación que conecta con los consumidores y educa a la sociedad. De esta forma, se demuestra que la sostenibilidad también pasa por decisiones cotidianas.
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