Confirmado: Este es el ‘truco’ del carrito de la compra que esconden los supermercados
El carrito de la compra esconde un ingenioso ‘truco’ que ayudaría a aumentar el importe de la compra en el supermercado
Ir al supermercado parece una tarea simple, pero puede ser más compleja de lo que imaginamos. Muchas veces, salimos del supermercado con productos que no estaban en nuestra lista inicial. ¿Por qué pasa esto?
Los supermercados no solo organizan sus productos de forma estratégica, también aplican técnicas que pueden influir en lo que terminamos comprando. Una de las más sorprendentes está relacionada con los famosos carritos de la compra.
¿Qué esconden los carritos de la compra de los supermercados?
Es probable que, en más de una ocasión, hayas notado que el carrito no se mueve de una forma recta y aunque eso parece un detalle insignificante, no lo es. Estos carritos “rebeldes” están diseñados para desviarte hacia los laterales. ¿Por qué? Quieren que prestes atención a los productos que están en las estanterías.
Cuando el carrito se desvía, automáticamente miramos a nuestro alrededor para corregir la dirección. Este pequeño ‘truco’ nos hace observar artículos que quizá no habríamos notado. Desde alimentos procesados hasta productos que no necesitamos, todo está dispuesto de forma estratégica para tentarnos.
Además, los pasillos de los supermercados están organizados para maximizar nuestras compras. Los productos más básicos suelen estar al fondo, obligándonos a recorrer toda la tienda. En el camino, nos cruzamos con promociones y artículos llamativos que, en muchos casos, terminan en nuestra cesta.
Las estrategias que hay detrás de los supermercados
El carrito no es el único “aliado” de los supermercados para hacernos gastar más, la música que escuchamos mientras compramos también juega un papel importante. Según el experto en alimentación Miguel Ángel Lurueña, se utilizan ritmos diferentes dependiendo del momento del día, cuando hay poca gente, los ritmos son más lentos, invitándonos a quedarnos más tiempo. Si hay más clientela, los ritmos se aceleran, fomentando un flujo más rápido.
Otra táctica habitual es la colocación de productos dirigidos a niños a una altura específica, para que sean fácilmente visibles para ellos. Esto genera una especie de “presión” para los padres, quienes muchas veces ceden a las peticiones de sus pequeños.
Por último, también están los olores. Las panaderías y pastelerías suelen estar cerca de la entrada para que el aroma de los productos recién horneados nos dé la bienvenida. Este truco no solo nos abre el apetito, sino que también nos predispone a comprar más alimentos.
No es necesario entrar al supermercado con paranoia, pero ser conscientes de estas estrategias nos puede ayudar. Una buena planificación es clave: hacer una lista de lo que necesitamos y ceñirnos a ella. Además, intentar no ir al súper con hambre puede reducir las compras impulsivas.
Aunque estas tácticas pueden parecer inofensivas, conocerlas nos da una ventaja. Así, podemos tomar decisiones más conscientes y evitar llenar nuestro carrito con cosas que no necesitamos. Al final, el mejor truco está en nuestras manos: ser compradores responsables y estar atentos.
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