Fotomontaje con una imagen de un tren de Rodalies y un símbolo de alerta rojo
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Es oficial: adiós a esta estación de tren con casi 135 años de historia en Cataluña

Renfe ha confirmado el cierre de una histórica estación de ferrocarriles, tras reducir al mínimo sus frecuencias

El servicio ferroviario en Cataluña está en boca de todos, y no precisamente por cosas positivas. La semana pasada, con la recuperación de la circulación de trenes en las comarcas de Tarragona el caos volvió. Las incidencias, los retrasos y los nervios volvieron a estar a la orden del día.

Pero es que hay otra novedad que ha cambiado drásticamente el panorama en una comarca catalana en concreto: el Priorat. Y es que por allí hay una estación de tren que dejará de dar servicio para siempre. Hablamos de la estación de Els Guiamets, una estación histórica ha quedado fuera de la red de paradas de los trenes regionales.

Este cierre marca el final de una etapa para el transporte en la zona, donde el servicio ferroviario ha sido clave durante generaciones. La decisión ha generado dudas sobre el futuro del edificio y su entorno. Mientras algunos comprenden la medida, otros critican la falta de comunicación previa.

Edificio antiguo de ladrillo rojo con grafitis y señales, rodeado de una valla metálica y árboles al fondo.

La estación de tren de Els Guiamets, cerrada para siempre

Desde hace días, los trenes de la línea R15 han dejado de detenerse en la estación de Els Guiamets. Se trata de un punto ferroviario inaugurado en 1891 que, a lo largo de los años, ha sido testigo de momentos clave de la historia. Durante la Guerra Civil, por ejemplo, el túnel cercano al edificio albergó un tren hospital para atender a los heridos del frente del Ebro.

Con el tiempo, sin embargo, su uso ha ido disminuyendo. Ubicada a dos kilómetros del núcleo urbano, la mayoría de los viajeros han optado por trasladarse a estaciones cercanas como Capçanes o Marçà-Falset. Y precisamente la falta de usuarios ha sido el motivo principal para su cierre, según han indicado desde Renfe y la Generalitat.

La decisión ha tomado por sorpresa a muchos vecinos, incluido el alcalde de Els Guiamets, Jordi Soldevila. En una intervención en Radio Falset ha reconocido que la baja demanda hacía inevitable el cierre, aunque ha expresado su preocupación por el histórico edificio. La estación es un Bien Cultural de Interés Local (BCIL), y el ayuntamiento quiere saber cómo se preservará.

Varios viajeros delante de una pantalla anunciando las salidas y llegadas de tren

Críticas por la falta de transparencia de Renfe

El cierre de la estación no ha estado exento de polémica, un usuario de X (Twitter) ha mostrado su descontento con la forma en la que se ha gestionado la información. En su publicación, escribió enfadado: "Expongo públicamente la respuesta de Rodalies, que confirma que el cierre de la estación de Els Guiamets es cosa de ellos y la Generalitat. En futuros cierres, sean más transparentes con los usuarios."

Junto a este mensaje, adjuntó la respuesta oficial de Rodalies, en la que se confirmaba que la eliminación de la parada fue acordada con la Generalitat debido a la baja demanda. Una decisión que ha generado críticas por la falta de información previa.

Esta falta de comunicación también ha sido criticada por el alcalde, quien afirmó que no recibieron un aviso oficial antes de que la estación quedara fuera de servicio. Es cierto que, desde hace tiempo, se hablaba de esta posibilidad. Pero el anuncio definitivo solo llegó cuando los trenes volvieron a circular con normalidad por el sur de Cataluña.

Foto de un tren de Rodalies de Cataluña circulando

Ahora, la preocupación se centra en el futuro del edificio y su entorno. La estación de Els Guiamets forma parte del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña, y su mantenimiento es un tema clave para el municipio. Si cuando aún estaba en funcionamiento ya sufría actos vandálicos, la situación podría empeorar ahora que ha quedado completamente inactiva.

Con la eliminación de esta parada, la comarca del Priorat pierde un punto de conexión ferroviaria, y los vecinos deberán desplazarse a otras estaciones para tomar el tren. Mientras tanto, el debate sobre la conservación del patrimonio y la gestión del transporte público sigue abierto.

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