Gran conmoción en España por la trágica muerte de Héctor: 'La vida es muy cruel'

El mundo del fútbol español está conmocionado tras la trágica muerte de Héctor Dumpierrez, un reconocido entrenador y comentarista deportivo de Canarias Radio. El pasado domingo, a los 37 años, perdió la vida en un accidente de tráfico mientras conducía su moto en Agüimes, un municipio de Las Palmas, Gran Canaria.

El accidente ocurrió alrededor de las 11:20 de la mañana. A pesar de la rápida intervención de los servicios sanitarios, el enfermero y el médico de la Policía Nacional que acudieron al lugar, no pudieron hacer nada por salvarle la vida. Héctor fue el único involucrado en el siniestro que perdió la vida.

Lo más doloroso para sus seres queridos es que apenas unas horas antes del accidente, Héctor había estado trabajando en la narración del partido entre Las Palmas y el Valladolid. El encuentro, que terminó con victoria para los locales (2-1), fue el último al que participó antes de la tragedia. Su muerte ha dejado una enorme tristeza en el mundo del deporte y especialmente en la comunidad futbolística canaria.

Además de su trabajo como comentarista en Canarias Radio, Héctor Dumpierrez también era entrenador nacional. Dirigió varios clubes de Tercera División, incluido el Villa de Santa Brígida en Gran Canaria.

Su pasión por el fútbol lo llevó a colaborar con las categorías inferiores del club UD Las Palmas. Su amor por el deporte y su profesionalismo lo hicieron muy querido en el ámbito deportivo.

Tras conocerse la noticia, el club UD Las Palmas publicó un comunicado lamentando la pérdida de Héctor. En el texto, el club expresó su pesar por la muerte de una persona tan cercana a la institución. También se refirieron a la importante labor que desempeñó tanto como entrenador como comentarista.

Juan Luis Monzón, periodista de Canarias Radio, colaboró con Héctor en la narración del partido del sábado. Tras el fatal accidente, Monzón compartió un mensaje lamentando la muerte de su compañero y amigo.

“Un compañero de diez, un tío muy grande. Muy amante del fútbol y siempre colaboraba para acudir a las tertulias, aunque tuviese lío. Estoy destrozado, desde ese día odiaré más que nunca las motos. La vida es muy cruel, apenas puedo hablar”, lamentaba Monzón.