Vox monta el 'pessebre' en plaza Sant Jaume para responder a Jaume Collboni
El ayuntamiento decidió sustituir el tradicional belén por una decoración más inclusiva
Las Navidades de este año en Cataluña vienen marcadas por la polémica en torno al mantenimiento de las tradiciones. Todo empezó con la decisión del ayuntamiento de Barcelona de suprimir el tradicional pessebre de todos los años en la plaza Sant Jaume. En su lugar instaló una estrella gigante, con la voluntad de ser más inclusivo con el resto de culturas y religiones.
Vox ha respondido instalando un pessebre de cuatro metros en la misma plaza Sant Jaume. Sus dirigentes, presentes en el acto este martes, han reivindicado las tradiciones navideñas frente a la obsesión del multiculturalismo.
El pessebre fue solo la punta del iceberg de una serie de decisiones para desmantelar las tradiciones navideñas. También se instalaron bombillas "inclusivas" en lugar de la decoración navideña en el Raval, y en otras localidades se han suprimido tradiciones como los Pastorets. Esto ha provocado un intenso debate sobre si hay que conservar las tradiciones o adaptarnos a los recién llegados.
Mensaje de Vox para Jaume Collboni
El presidente del grupo municipal de Vox en Barcelona, Gonzalo de Oro, ha querido enviar un mensaje al alcalde Jaume Collboni. Ha dicho que con este acto quieren demostrar que "no es tan difícil poner el belén" y que es algo que "merecen los barceloneses".
Joan Garriga, portavoz de la formación, ha reivindicado el sentido cristiano "del cual emanan nuestras costumbres y tradiciones". Ha anunciado que Vox presentará en todas las administraciones una petición "para que se respete la Navidad". Desde su partido rechazan la expresión "Bones festes" y reivindican el tradicional "Feliz Navidad".
Hay que recordar que el año pasado el gobierno de Pere Aragonès (ERC) no felicitó la Navidad a los catalanes sino el solsticio de invierno. Desde los sectores conservadores denuncian una operación calculada de desmantelamiento de las tradiciones cristianas en beneficio de la inmigración islámica. Aquel mismo gobierno sí felicitó el ramadán a la comunidad musulmana de Cataluña.
Muchos barceloneses han aplaudido la acción de Vox al mismo tiempo que critican la progresiva pérdida de la identidad en favor de la multiculturalidad. El debate sigue en el aire, pero muchos catalanes están cansados de tener que renunciar a sus costumbres.
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