La pinza Junts-PP mete más presión al Govern con los presupuestos

El Govern del PSC intenta cuadrar el círculo del Hard Rock. Esta es una carpeta abierta desde hace mucho tiempo y que es una mina para el tacticismo entre partidos. Ahora, el nuevo Govern, con la consejera Paneque al frente de este asunto, intenta buscar un equilibrio que zanje esta polémica sin fin.

En estos momentos, el Govern contenta a sus socios con subidas fiscales al proyecto, pero al mismo tiempo trabaja para sacar adelante el plan urbanístico. A pesar de esto, el Govern actúa con cierto ventajismo porque pretende aumentar la presión fiscal al proyecto y después dar la última palabra a los inversores. Es decir, que no es una toma de una posición diáfana en alguno de los dos sentidos, a favor o en contra.

De hecho, desde el Govern insisten que la culminación del plan urbanístico es una obligación para ellos. “La tramitación del PDU fue iniciada por el Govern anterior y no hacerlo sería ir en contra de la ley”, explicaba la consejera Paneque. Pero es que, paralelo a esto, el Govern también insiste en que cumplirán su inconcreto acuerdo con los Comuns, que habla de “no facilitar el proyecto”.

Junts y PP, una oposición virtual

Desde la oposición, presionan al Govern para quitarle tiempo y margen de maniobra. Con los votos favorables de Junts, el PP presentaba una moción para poner fecha a la aprobación del plan urbanístico, entre otras cosas. Todo ello al margen de que Junts y PP se han manifestado con claridad a favor del proyecto.

De la misma manera, Junts y PP están en contra de los cambios fiscales contra el juego. Señalan que el juego será una parte minoritaria de todo el proyecto y que hay dudas legales que podrían acabar siendo contraproducentes. Desde Junts, por ejemplo, han pedido un informe al Consejo de Garantías Estatutarias por considerar que existe el riesgo de tener que acabar indemnizando a los inversores.

En este sentido, Junts ha modulado el discurso con vistas a las municipales de 2027 en el Camp de Tarragona. En su última entrevista en TV3, Puigdemont se alzaba como un firme defensor del proyecto y criticaba al Govern por la “inseguridad jurídica” del proyecto. Pero poco antes de las elecciones, también el expresidente Puigdemont decía que su “modelo” no era el de una “Cataluña Hard Rock”:

El Hard Rock, en definitiva, ha conseguido unir a PP y Junts de tal manera que ejercen virtualmente como una oposición al PSC. Esto conduce al presidente Illa a un ejercicio de equilibrismo constante, pero teniendo en cuenta que a Comuns y a ERC no les interesa tumbar al Govern. Lo que es seguro es que el planteamiento, desarrollo y conclusión del Hard Rock no ha dado la mejor cara de la política catalana.