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Carolina de Mónaco casi no se habla con su hija Carlota y hay una razón de peso
El distanciamiento entre Carolina de Mónaco y Carlota Casiraghi: la ruptura definitiva
Carolina de Mónaco ha sido una de las figuras más emblemáticas de la realeza europea, pero su vida personal no ha estado exenta de conflictos. Ahora, su relación con sus hijos vuelve a estar en el foco mediático. Se ha revelado que la princesa de Mónaco y de Hannover solo mantiene contacto cercano con una de ellos.
Una familia marcada por la distancia y las diferencias
Mientras su hija menor, Alejandra de Hannover, sigue siendo su mayor apoyo y la acompaña en eventos oficiales, la situación con sus otros tres hijos es completamente distinta. La distancia con Andrea, Pierre y, especialmente con Carlota Casiraghi, ha sido objeto de especulación durante años. Ahora, se han revelado los verdaderos motivos detrás de este alejamiento.

La relación entre madre e hija comenzó a enfriarse tras unas declaraciones de Carlota en The Telegraph. En ellas, Carlota expresó su deseo de llevar una vida más independiente y alejada de los compromisos reales. Estas palabras no fueron bien recibidas en el entorno de Carolina, quien interpretó la actitud de su hija como un rechazo al legado familiar.
La presión de Carolina y el deseo de libertad de sus hijos
Desde que quedó viuda en 1990 tras la trágica muerte de Stefano Casiraghi, Carolina asumió un rol clave dentro de la familia Grimaldi. Crió a sus hijos con un fuerte sentido del deber y los involucró en la representación del principado desde jóvenes. Sin embargo, con el tiempo, cada uno de ellos fue trazando su propio camino.
Carlota Casiraghi se convirtió en un referente en el mundo de la moda y la cultura, alejándose progresivamente del protocolo real. Andrea y Pierre también optaron por una vida centrada en sus carreras y sus familias, huyendo de la repercusión que rodea al Principado de Mónaco.

Fuentes cercanas a la familia aseguran que esta búsqueda de independencia no fue bien vista por Carolina. Su fuerte carácter y su influencia en la vida de sus hijos fueron, en gran parte, los detonantes del distanciamiento. La princesa siempre ha defendido la unidad y el compromiso con la monarquía, algo que sus hijos no han seguido al pie de la letra.
Alejandra de Hannover, su único gran apoyo
A diferencia de sus hermanos, Alejandra de Hannover ha decidido seguir los pasos de su madre en la vida institucional del Principado. Es frecuente verla acompañando a Carolina de Mónaco en actos oficiales, consolidándose como su mayor aliada dentro de la familia. Mientras el resto de los Casiraghi han tomado caminos distintos, ella ha asumido un rol más tradicional, ganándose la confianza de su madre.
El distanciamiento con sus otros hijos sigue siendo un tema delicado dentro de la familia Grimaldi. Algunos ven en Carlota Casiraghi una mujer que ha tomado las riendas de su vida, mientras otros lo consideran una ruptura con el legado familiar. Lo cierto es que, con los años, la princesa Carolina ha aprendido a aceptar las decisiones de sus hijos, aunque las heridas de esta separación parecen estar lejos de cerrarse.
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