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El derbi madrileño dejó un regusto amargo en el vestuario del Real Madrid. Más allá de la derrota ante el Atlético de Madrid, lo que más sorprendió fue el pobre rendimiento de Jude Bellingham.
El inglés no encontró su sitio en el Metropolitano y firmó, sin duda, uno de sus partidos más flojos desde que viste de blanco.
El mediocampista estuvo impreciso en los pases, falto de intensidad en las disputas y desaparecido en los momentos clave.
La imagen contrastó con la de otros encuentros donde su protagonismo había sido incuestionable.
Xabi Alonso, que siempre le ha considerado pieza fundamental, no ocultó su preocupación. El entrenador esperaba mucho más de él en una cita tan importante, pero terminó decepcionado con su rendimiento.
La afición también se mostró crítica. Las redes sociales ardieron con comentarios en los que se pedía al inglés que recupere cuanto antes su mejor nivel.
Brahim Díaz, el gran damnificado
El mal partido de Bellingham no cambió los planes de Xabi Alonso en lo que respecta a Brahim Díaz.
El internacional marroquí volvió a quedarse sin protagonismo, lo que confirma que no cuenta para el técnico en los partidos grandes.
Contra el Levante ya se quedó en el banquillo pese a la goleada, y frente al Atlético la historia se repitió.
Brahim Díaz ve cómo los minutos pasan y sus oportunidades se reducen, un golpe duro para alguien que brilló la temporada pasada en varios tramos de la campaña.

La situación se ha complicado aún más con la irrupción de Franco Mastantuono. El argentino ha aprovechado sus opciones, dejando a Brahim todavía más relegado en la rotación ofensiva. Mbappé, Vinícius y Mastantuono forman el tridente que Xabi Alonso tiene en mente.
El problema es que Brahim siente que su trabajo no está siendo recompensado. Desde el Mundial de Clubes tiene la sensación de que sus actuaciones no han sido valoradas y eso ha terminado minando su motivación.
Un futuro en el aire
En el Real Madrid todos saben que Brahim Díaz no seguirá mucho tiempo en esta dinámica. El jugador está convencido de que, si no cambia su rol, tendrá que buscar una salida en enero.
Lo más grave para Xabi Alonso no es solo su suplencia, sino la actitud del jugador en los entrenamientos.
El técnico exige la máxima intensidad y en el caso de Brahim Díaz no está viendo la predisposición adecuada.

A sus 25 años, el marroquí no quiere seguir siendo un actor secundario. Si no logra recuperar la confianza del entrenador, su salida parece inevitable.
El club lo valora como un activo interesante en el mercado y no pondría trabas a su marcha si llegan ofertas atractivas.
Mientras tanto, todo apunta a que, salvo giro inesperado, Brahim seguirá acumulando suplencias y su adiós será cuestión de tiempo.
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